segunda-feira, 6 de dezembro de 2004

Reflexão guénoniana


Não escondo a minha grande admiração pela obra de René Guénon (1886-1951). Obra essa que, como alguns saberão, é infelizmente usada de forma totalmente inadequada por alguns carequinhas germanófilos acéfalos das nossas (e de outras) bandas.

Precisamente porque se trata de uma obra incompreendida e muito mal empregue, convém desmistificá-la e trazê-la à luz. Na minha opinião, são poucos os autores ocidentais tão lúcidos quanto Guénon no século XX.

Irei começar, de tempos a tempos, a publicar pequenos excertos das suas obras. Trata-se de um autor pouco traduzido. Em português, dispomos apenas de três obras, hoje raras e difíceis de encontrar: "A Crise do Mundo Moderno", "O Reino da Quantidade e os Sinais dos Tempos", "O Rei do Mundo". Vou, por isso, retirar os trechos de uma série de traduções para espanhol, acessíveis em formato electrónico (não preciso de teclar!) no site "Textos Tradicionales".

A reflexão guénoniana de hoje é sobre a vulgarização:

"Nos es menester todavía insistir sobre un punto que no hemos abordado más que incidentalmente en lo que precede: es lo que podría llamarse la tendencia a la «vulgarización» (y esta palabra es también una de aquellas que son particularmente significativas para describir la mentalidad moderna), es decir, esa pretensión de ponerlo todo «al alcance de todo el mundo» que ya hemos señalado como una consecuencia de las concepciones «democráticas», y que equivale en suma a querer rebajar el conocimiento hasta el nivel de las inteligencias más inferiores. Sería muy fácil mostrar los inconvenientes múltiples que presenta, de una manera general, la difusión desconsiderada de una instrucción que se pretende distribuir igualmente a todos, bajo formas y por métodos idénticos, lo que, como ya lo hemos dicho, no puede desembocar más que en una suerte de nivelación por abajo: ahí, como por todas partes, la cualidad es sacrificada a la cantidad. Por lo demás, es verdad que la instrucción profana de que se trata no representa en suma ningún conocimiento en el verdadero sentido de esta palabra, y que no contiene absolutamente nada de un orden que sea un poco profundo; pero, aparte de su insignificancia y de su ineficacia, lo que la hace realmente nefasta, es sobre todo que se hace tomar por lo que no es, que tiende a negar todo lo que la rebasa, y que así asfixia todas las posibilidades que se refieren a un dominio más elevado; puede parecer incluso que esté hecha expresamente para eso, ya que la «uniformización» moderna implica necesariamente el odio de toda superioridad." - René Guénon, "El reino de la cantidad y los signos de los tiempos" (1945).